Existen dos maneras de alimentarse. La denominada “nutrición primaria”, que se encarga de nutrir nuestro alma a base de las relaciones familiares, laborales, amistad, pareja y con nosotros mismos. Y la denominada “nutrición secundaria” que es la que se encarga de nutrir nuestro cuerpo con diferentes alimentos: proteínas, hidratos, azúcar…
En muchas ocasiones, la alimentación primaria no está equilibrada o completa sino que tenemos “hambre del alma” y tratamos de compensarla de manera inconsciente con la alimentación secundaria. Pero ésta nunca va a aliviar y/o saciar el hambre del alma, sin embargo, si puede dañar nuestro cuerpo, que manifestaría ese dolor de diferentes formas.
"Nuestro cuerpo grita lo que nuestra alma calla"
Aprende a saciar y a escuchar el hambre de tu corazón. No se soluciona con dietas, no se soluciona con comida, se soluciona mirando dentro de ti. Ve hacía dentro, yo te acompaño.
